Está la hermosura de la primavera
envuelta en un ramillete de colores
con los tajinastes y retamas en flor.
Son los senderos, las caminatas,
descubrir desconocidos rincones,
la lenta ascensión a pie hasta la cumbre,
y el premio de un asombroso paisaje
de siete islas tendidas a tus pies.
Es el Padre Teide, el nuestro,
tutelando el discurrir de la vida isleña.
envuelta en un ramillete de colores
con los tajinastes y retamas en flor.
Son los senderos, las caminatas,
descubrir desconocidos rincones,
la lenta ascensión a pie hasta la cumbre,
y el premio de un asombroso paisaje
de siete islas tendidas a tus pies.
Es el Padre Teide, el nuestro,
tutelando el discurrir de la vida isleña.
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