Lleva tu cámara a todos lados
Limitarte a utilizar tu cámara en las cercanías e interiores de tu casa es
limitar su potencial. Llévala a todos lados, que te acompañe
en todos tus viajes. No solo tendrás más oportunidades y situaciones
espontáneas, sino que también las personas que te rodeen se acostumbraran a
verte con tu cámara y se pondrán menos en guardia al ver que vas a tomar una
fotografía.
Olvídate del flash
El flash te delata. La mayoría de las cámaras
emiten una ráfaga de pequeños flashes antes de disparar y eso hará que el
sujeto adopte una pose de fotografía, perdiendo toda espontaneidad. Eleva la
velocidad ISO y utiliza aperturas grandes.
Disparan
cuando encuentran el momento de debilidad en el que la persona se desnuda con
la mirada frente al objetivo
Personalmente la fotografía de retratos es una de las que más disfruto
ver y realizar.
Capturar un momento, una sonrisa o una mirada completamente natural y sin ser
forzada es la receta asegurada para el éxito fotográfico. Muchas veces, esa
espontaneidad es algo difícil de conseguir, ya sea por el tamaño de la cámara,
el ruido del disparador o simplemente nuestra presencia cámara en mano.
Cuando realizo una sesión, busco ese momento en el que llega la complicidad entre fotógrafo y modelo y sale lo mejor de ambos
Agrega algo de contexto
Ya que vas a tratar de ser espontáneo, aprovecha las variables que
tienes a tu alrededor y no puedes controlar. Muestra al sujeto en tu fotografía,
pero también cuenta en donde esta, que está haciendo o quienes lo rodean.
Cuenta una pequeña historia de lo que está sucediendo en ese momento.
Muévete alrededor de tus sujetos
Evita quedarte en el mismo lugar todo el tiempo, disparando siempre en una misma dirección. Muévete alrededor, busca
nuevos enfoques, muestra otros contextos y aprovecha el espacio disponible.
Se paciente
Las situaciones vienen y se van. Los retratos espontáneos están presentes
durante menos de un segundo. Una sonrisa, una mirada, un pequeño movimiento
estará disponible para se fotografiado una fracción de segundo y pasara un buen
rato antes de que algo lo suficientemente interesante suceda de nuevo.
Ármate de paciencia y espera al momento exacto.
Utiliza una lente tele
Con una lente tele, podrás alejarte lo suficiente de las personas para
que no noten tu presencia ni tu cámara. Con un 70-300mm tendrás una buena
gama de longitudes cubiertas desde lo lejos a lo muy lejos. Además, al utilizar
focales largas, la profundidad de
campo será muy pequeña, creando el desenfoque de retratos que tanto
nos gustan a todos.
Dispara en modo ráfaga
Esto es siempre
digno de debate, pero dependiendo de tu orientación, preferirás
tomar varias fotografías y seleccionar después. Según esta filosofía, es
preferible tener varias imágenes inservibles, pero dispara en ráfaga asegura de
que no te perderás ese momento exacto.
Muchas
veces pensamos que hacer un retrato es cuestión de echarle horas, meditar sobre
la colocación de las luces, entablar un diálogo con el retratado para llegar a
buen fin... Las cosas no son así. Hay muy poca gente a la que le guste ser
retratada, y normalmente se ponen nerviosos delante de una cámara. Por eso trabajar
rápido es una de las obligaciones de los que nos dedicamos a esta especialidad.
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